1912. La deriva continental (Wegener)


En el siglo XVIII, algunos científicos propusieron que, mucho tiempo atrás, los continentes habían estado juntos. Basaban esta observación en el recorte de las costas, que parecen un juego de rompecabezas donde un continente encaja con el otro. Sin embargo, recién en el siglo XX, un geólogo alemán, Alfred Wegener (1880-1930), en su libro Los orígenes de los Continentes y los Océanos propuso en forma coherente que los continentes habían migrado, alejándose unos de otros durante millones de años. El mecanismo propuesto por Wegener, al que denominó deriva continental, fue rechazado en un principio. Pero en los pasados 25 años, la teoría de la deriva continental se ha vuelto respetable y se ha establecido firmemente como parte de la teoría denominada tectónica de placas. Desde el principio, la teoría de la deriva de los continentes ha estado íntimamente ligada a la de la evolución. Uno de los testimonios más tempranos y más impresionantes en respaldo de la deriva continental fue el descubrimiento de restos fósiles de un reptil pequeño, de dientes superpuestos, el Mesosaurus, que se encontró en las regiones costeras del Brasil y Sudáfrica, y en ningún otro sitio. A principios de 1982, un equipo de científicos estadounidenses regresó de la Antártida con el primer fósil de un mamífero terrestre que se haya encontrado allí, un marsupial. Este hallazgo apoya la teoría de que los mamíferos marsupiales migraron por tierra desde Sudamérica (donde actualmente sólo se conservan unas 40 especies de marsupiales) a través de la Antártida hacia Australia. Esto ocurrió antes de que ambos continentes se separaran, hace unos 55 millones de años.

Véase también: cap. 20