1973. La ingeniería genética


La década de 1970 fue rica en experimentaciones y resultados que tendrían gran trascendencia, sobre todo por su aplicación práctica. Entre ellos, se cuenta el descubrimiento de las enzimas de restricción. Poco después del descubrimiento de la enzima de restricción EcoRI, Stanley Cohen y sus colaboradores, en la Universidad de Stanford, Estados Unidos, aislaron un pequeño plásmido de E. coli al que designaron pSC101 (nombre que incluye las iniciales de su descubridor). Este plásmido contiene un gen que hace a las bacterias resistentes al antibiótico tetraciclina. El descubrimiento de que el pSC101 podía ser utilizado como un vector para transportar una porción de DNA extraño abrió el camino para la producción de múltiples copias de segmentos específicos de DNA, en cantidades lo suficientemente grandes para ser analizadas por métodos bioquímicos. Estas copias múltiples se conocen como clones, vocablo que desde siempre se ha aplicado a bacterias y otros organismos genéticamente idénticos producidos por reproducción asexual a partir de un único individuo progenitor. Stanley Cohen y Herbert Boyer logran incorporar un gen específico en una bacteria y se inicia así la era de la ingeniería genética. En este año se patentó por primera vez en los Estados Unidos una técnica de recombinación genética.

Véase también: cap. 14