1944-1947. Avery y la información genética


El año 1944 puede considerarse uno de los más importantes para la investigación en ciencias biológicas, desde la publicación, en 1859, de El Origen de las Especies por Charles Darwin (1809-1882). En 1943, un grupo de científicos encabezados por el bacteriólogo estadounidense Oswald Avery (1877-1955) trabajaban con cultivos de bacterias, los neumococos. Trabajaban con dos cepas, las cepas "S" que tenía una cápsula que rodeaba toda la célula y la cepa "R" que no tenía cápsula. En principio, podía suponerse que "R" era incapaz de sintetizar esa cápsula. Si se agregaba un extracto del cultivo "S" al cultivo de la cepa "R", el extracto producía cambios en "R" que hacían que las bacterias pudieran realizar la tarea de síntesis de la cápsula. Podía concluirse entonces que el extracto llevaba la información genética necesaria para modificar las características de las bacterias. Este experimento se relaciona con los estudios en los que se descubrió el "factor transformador" en bacterias, realizados por Frederick Griffith en 1928. Cuando los científicos analizaron el extracto, se encontraron con una sorpresa. Se trataba de una solución de ácido nucleico. Al menos en este caso, podía asegurarse que era el ácido nucleico y no la proteína la sustancia que portaba la información genética. Publicaron su trabajo en 1944. En años posteriores se hicieron otras transformaciones en distintas cepas bacterianas, pero ya no quedaba duda de que la información genética sólo podía estar contenida en el ácido nucleico, lo cual terminó con la disyuntiva entre el DNA y las proteínas como portadores de la información genética. Posteriormente, Alfred Mirsky, en una larga serie de cuidadosos estudios llevados a cabo en la Universidad de Rockefeller, Estados Unidos, demostró que, en general, las células somáticas de cualquier especie dada contienen cantidades iguales de DNA y que los gametos contienen precisamente la mitad de DNA que las células somáticas. Este resultado era coherente con lo observado de la meiosis, en la cual el número diploide de cromosomas se reduce al número haploide. Erwin Chargaff, bioquímico austríaco-estadounidense de la Universidad de Columbia, separó moléculas de ácidos nucleicos en sus bases constitutivas mediante cromatografía en papel. De esta manera pudo analizar el contenido de purinas y pirimidinas del DNA de muchos tipos diferentes de seres vivos y encontró que, contrariamente a lo que se creía hasta ese momento, las bases nitrogenadas no siempre aparecían en proporciones iguales. La proporcionalidad entre los tipos de bases nitrogenadas había surgido de los trabajos sobre la estructura química del DNA desarrollados por el eminente bioquímico ruso-estadounidense Phoebus A. Levene (1869-1940). Por lo tanto, las variaciones en la composición de bases bien podrían proporcionar un "lenguaje" en el cual estarían escritas las instrucciones que controlan la actividad celular.

Véase también: cap. 9